Unamuno creó en" La tía Tula" un personaje fuera de lo corriente, con el que se propuso explorar la dicotomía virginidad-maternidad, tan ligada a los fundamentos del cristianismo. Al intentar reconciliar estas dos tendencias opuestas, crea un personaje paradójico, complejo, discutible, que puede provocar reacciones tan dispares como la admiración y la repulsa.
El «Werther» supuso con su aparición en 1774, todo un fenómeno de masas: influyó en el lenguaje, en las pasiones y hasta en la moda de multitud de jóvenes. El poderoso hálito romántico de la obra, su belleza formal y su expresión epistolar, calaron hondamente en su época y quedaron para la posteridad como muestra perfecta y conjunción feliz de vida y poesía.