Referencia:
Un libro de tela con un formato original en forma de muñeco hecho de lana para que los más pequeños puedan abrazarlo mientras les leen la historia de este pequeño oso y sus amigos. íUn libro que se hace querer!
Moratín, neoclásico por raciocinio y por criterio artístico, lleva en sí, por temperamento, los tiempos nuevos. En esta obra, justamente celebrada como la mejor de su producción, reivindica el derecho de los jóvenes al matrimonio por amor y no por imposición familiar. Desde un tono de bondad amable, «El sí de las niñas» es un alegato contra los métodos educativos de la época en los mismos inicios del siglo XIX, hecho por un autor dramático que, por ilustrado, trataba de educar desde las tablas.
Cuando la vieja imprenta local en la que Felipe Díaz Carrión llevaba media vida quebró, él se quedó sin trabajo y sin posibilidades de conseguirlo. Era la época en que se emigraba a las industriosas poblaciones del norte. Su hijo tenía nueve años, y no había día en que Asun, su mujer, no le pidiera a Felipe que se marcharan. Así que cerraron la casa y se fueron al norte. Felipe trabajó pri-mero en la construcción, y después en una fábrica de productos químicos. Tuvieron otro hijo, se compraron otra casa, y pasó el tiempo, y la vida los cambió. Porque algunos de los miembros de la familia -el hijo mayor y Asun, que quizá no soportaban ser para siempre los otros, los charnegos- no pudieron sino sucumbir a las obsesiones de identidad y afirmación