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Un hombre en el ocaso de su vida tiene una última cita con la persona de sus sueños, un treintañero debe lidiar con problemas de impotencia en plena cima sexual, un genial cineasta es incapaz de rodar de nuevo tras realizar su obra culmen, una pareja gay viaja con sus madres al santuario de Fátima para pedir a la Virgen por el éxito de su cercana boda... Los protagonistas de Hombres de verdad enfrentan las contradicciones que supone ser varón hoy en día, atrapados entre el rol tradicional de la masculinidad dura, insensible y dominante, y la lucha por alcanzar el territorio de la emoción, los afectos y la fragilidad. Para ello deberán cuestionarse su papel en el amor, el deseo, la religión, los miedos o la creación artística.
A los trece años, el héroe de Historia del llanto ha completado una formación progresista. Ha estado cerca de los que sufren y ha devorado toda la literatura militante que los años setenta obligan a leer en América Latina. Sin embargo, en septiembre de 1973, cuando asiste por televisión al putsch contra Salvador Allende y el Palacio de La Moneda arde en la pantalla, trata de llorar y se descubre seco. Es entonces cuando el protagonista sale en busca de los secretos de su defección y revisa una educación ideológico-sentimental en la que coexisten Superman, un repugnante cantautor de protesta, una novia chilena de derechas, una piscina con un pulpo en el fondo, un oligarca torturado y un vecino militar que acaso no sea lo que parece ser