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En nombre de Su Majestad, el católico y poderoso Don Carlos, rey de los romanos y emperador Augusto de por vida, y de Doña Juana, su madre, soberana de los reinos de León y Castilla, defensores de la Iglesia, siempre victoriosos y que no conocen la derrota... Yo, Juan Cortejo, su servidor y mensajero, tengo el honor de instaros a aceptar que sea el Rey quien gobierne y administre estas tierras... Así comienza la odisea de una expedición de conquistadores que parten en pos del sudor de sol
Cada cuarenta segundos se suicida una persona en el mundo, siendo la principal causa de muerte violenta en el mundo, por encima de homicidios, guerras y accidentes de tráfico.
La vida ha dejado de tener sentido para Elena. Julio vive angustiado con la idea de que su esposa cumpla en cualquier momento la amenaza de suicidarse. En el desesperado intento por cambiar el curso de los acontecimientos, Julio se verá arrastrado hacia un traumático pasado que amenaza con repetirse de nuevo.
En el centenario del inicio de la llamada “Gran Guerra”, la Primera Guerra Mundial, que tuvo lugar de 1914 a 1918, este volumen nos trae el recuerdo de lo sucedido a las gentes de Córcega, llamadas a luchar en defensa de la madre patria, Francia.
Es un relato basado, sobre todo, en cartas entre los combatientes y sus familias: la carta de Laurine a su marido, la de Jacques a su hermano, pero también en la historia de los “topos corsos”, etc. Todos ellos son relatos de “poilús” corsos, soldados franceses de la guerra, para recordar que la muerte, el sufrimiento y el miedo, pero también la esperanza de días mejores no han sido nunca simples abstracciones y que la guerra se escribe siempre con letras de sangre.