Referencia:
¿Qué hay de común entre el violinista cíngaro de un restaurante de Budapest y los cantos de una comunidad cíngara de lo más recóndito del campo húngaro?¿Y a quién pertenecen las melodías y los ritmos que tanto sedujeron a Liszt y a Brahms? Este libro muestra que no hay una sino unas músicas cíngaras en Hungría vinculadas a dos grandes grupos cíngaros de expresiones musicales extremadamente diferentes: la música instrumental de los rumungre en la que se unen el sentimiento nacional húngaro y la sensibilidad cíngara (cuya obra emblemática podría ser la famosa Marcha de Rákoczi). el canto de los romvlax, imagen de su vida comunitaria, en la que Patrick Williams nos introduce por primera vez.
- Tarareamos canciones que decimos detestar.
- Solo nos emocionamos cantando cuando nadie nos ve.
- Lloramos con baladas de las que nos hemos burlado antes.
- Mentimos sobre lo que nos gusta para que nos acepten.
- Y decimos que los demás tienen muy mal gusto.
Considerado uno de los mejores ensayos estéticos sobre el gusto musical de la década, «Música de mierda» investiga el mal gusto y la sensiblería musical a partir de una contradicción: ¿por qué la persona que más discos vende es de la que más gente se ríe? Carl Wilson quiso hacer una investigación sobre el éxito de Céline Dion pero se descubrió escribiendo un ensayo maravilloso sobre el amor (a la música), el esnobismo como coraza y la capacidad de emoción en tiempos de cinismo.
La agudeza en una conversación es muestra del ingenio ágil, de la capacidad de ofrecer un enfoque diferente ante lo cotidiano, en definitiva, de tener una opinión propia. Las mujeres de este libro comparten una cualidad: todas ellas destacan por sus aportaciones al pensamiento y a las transformaciones culturales del siglo xx.Hannah Arendt, Joan Didion, Nora Ephron, Mary McCarthy, Dorothy Parker, Susan Sontag, Rebecca West, Janet Malcolm, Pauline Kael, Coco Chanel, Lillian Hellman o Frida Khalo desafiaron las expectativas del momento y se hicieron un hueco en un mundo de hombres.