Referencia:
«La riqueza de las sociedades en las que domina el modo de producción capitalista se presenta como una inmensa acumulación de mercancías.» Así comienza El capital. Hoy en día la riqueza se presenta como una inmensa acumulación de desechos: la basura es sí
O inspector Sánchez investiga a identidade de dous cadáveres calcinados que aparecen nas inmediacións da praia coruñesa do Matadoiro en plena madrugada de San Xoán do ano 2000. Axiña descobre que un deles pode ser Gustavo Gallego, un curmán do comisario, a quen se lle encomenda a misión de atopar o seu familiar desaparecido. Cando comproba que está vivo, inicia a súa busca por distintas cidades mentres vai lendo unha novela escrita polo fuxitivo en terceira persoa que só contén capítulos pares, polo que os feitos narrados polo inspector en primeira persoa funcionan a modo de capítulos impares.
En nombre de Su Majestad, el católico y poderoso Don Carlos, rey de los romanos y emperador Augusto de por vida, y de Doña Juana, su madre, soberana de los reinos de León y Castilla, defensores de la Iglesia, siempre victoriosos y que no conocen la derrota... Yo, Juan Cortejo, su servidor y mensajero, tengo el honor de instaros a aceptar que sea el Rey quien gobierne y administre estas tierras... Así comienza la odisea de una expedición de conquistadores que parten en pos del sudor de sol
Entre todos los hijos bastardos de monarcas españoles, Juan de Austria, es probablemente el más conocido y encumbrado por la historia, y sin embargo son muchos los claroscuros que ensombrecen su figura. Tocó la gloria con la punta de los dedos en la batalla de Lepanto y a partir de ese momento su existencia estuvo marcada por el afán de ser coronado. Su empeño no tendría éxito, ya que lo llevó no sólo a enfrentarse con Felipe II, sino a una espesa trama de interes e intrigas urdidas en la corte por el secretario de estado Antonio Pérez.El autor utiliza como narradores muchos personajes, desde el emperador Carlos hasta Cervantes, pasando por Felipe II o el propio Juan de Austria, dándonos así una visión completa de este presonaje excepcional de nuestra historia.
La señora Lamarchand necesita una criada y ha oido hablar de Hilda, de su buena disposición para el trabajo, de su educación y su belleza. No toleraría una criada indolente, pero sobre todo que fuera demasiado delfada o simplemente gordita. ¿Cómo va a ocuparse de su casa y de sus hijos si no controla su propio cuerpo? La señora Lemarchand considera que Hilda tendra la suerte de servir en una casa de gentes de izquierda. Por eso quiere algo más que una criada, quiere educar a Hilda, enseñarla a vestirse y a comportarse en sociedad, quiere que sea su amiga. Sin que, por supuesto, deje de aumentar cada vez más rigurosamente sus obligaciones.