

Referencia:
En perfecto estado, edición de coleccionista impecable con despegables interiores.
Jamás ningún artista trabajó con tanto ahínco como M. C. Escher para reproducir las visiones de su imaginación. Estas visiones fueron en sí mismas bastante singulares: para Escher, la corteza del mundo visible no era otra cosa sino un trozo de tela que se podía cortar, plegar, configurar y reacomodar en formas maravillosas. Soberbio delineante, se impuso el reto de representar esas transformacioens sobrenaturales del espacio dentro de los límites familiares establecidos por una hoja de papel. Las imágenes resultantes se han convertido en los materiales gráficos preferidos por decenas de miles de espectadcores en todo el mundo.