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El masaje terapéutico chino (tuina) es un método curativo de la medicina tradicional china muy eficaz, de fácil aplicación y carente de efectos secundarios o negativos, cuya historia se remonta a más de dos mil años de antigüedad. En China ha demostrado su eficacia en el tratamiento de numerosas enfermedades y, muy particularmente, en el de la diabetes.
Cuando pruebas el sabor de un hombre, ya no puedes parar. Teresa oculta secretos en sus fogones que logran que sus platos despierten pasiones, pero, a pesar de su exitosa carrera como chef, de su programa de televisión y su faceta como revolucionaria escritora de recetarios, no termina de sentirse satisfecha. Tal vez porque sus amantes desaparecen sin dejar rastro. Puede que por ese hueco de silencio que nadie alcanza a reconstruir en su pasado. Para huir de la soledad, Teresa se obliga a buscar un alma gemela que no termina de encontrar y, decidida a aplacar su voracidad, determina volcarse en la cocina, su verdadera obsesión. En sus noches marcadas por los recuerdos y el insomnio creará manjares de sabores inolvidables e imposibles de identificar, tan llenos de misterios como su vida.
En el mundo pasan tantas cosas, y tan rápido, que no tienes tiempo ni de leer. Se publican tantos libros, tantísimos, que no sabes cuál elegir. Tres años antes de morir, David Bowie reveló los 100 libros que habían forjado su carrera y cambiado su forma de ver el mundo. Este es su legado y una invitación irresistible a sumergirte de verdad en los libros y en su poder para transformarnos.
Al acercarnos a El jilguero, vamos enfocando una habitación de hotel en Amsterdam. Theo Decker lleva más de una semana encerrado entre esas cuatro paredes, fumando sin parar, bebiendo vodka y masticando miedo. Es un hombre joven, pero su historia es larga y ni él sabe bien por qué ha llegado hasta aquí.
¿Cómo empezó todo? Con una explosión en el Metropolitan Museum hace unos diez años y la imagen de un jilguero de plumas doradas, un cuadro espléndido del siglo XVIII que desapareció entre el polvo y los cascotes. Quien se lo llevó es el mismo Theo, un chiquillo entonces, que de pronto se quedó huérfano de madre y se dedicó a desgastar su vida: las drogas lo arañaron, la indiferencia del padre lo cegó y su amistad con el joven Boris lo llevó a la delincuencia sin más trámites