Referencia:
La señora Lamarchand necesita una criada y ha oido hablar de Hilda, de su buena disposición para el trabajo, de su educación y su belleza. No toleraría una criada indolente, pero sobre todo que fuera demasiado delfada o simplemente gordita. ¿Cómo va a ocuparse de su casa y de sus hijos si no controla su propio cuerpo? La señora Lemarchand considera que Hilda tendra la suerte de servir en una casa de gentes de izquierda. Por eso quiere algo más que una criada, quiere educar a Hilda, enseñarla a vestirse y a comportarse en sociedad, quiere que sea su amiga. Sin que, por supuesto, deje de aumentar cada vez más rigurosamente sus obligaciones.
Este libro, y el disco que lo acompaña, descubren, región por región, el magnífico repertorio de baladas y canciones que han marcado los aires de ópera de Bellini y de Verdi, los cantos de la Semana Santa de Sicilia o Cerdeña, el famoso trallallero de los estibadores genoveses o las experiencias renovadoras de los últimos tiempos.Este libro, y el disco que lo acompaña, descubren, región por región, el magnífico repertorio de baladas y canciones que han marcado los aires de ópera de Bellini y de Verdi, los cantos de la Semana Santa de Sicilia o Cerdeña, el famoso trallallero de los estibadores genoveses o las experiencias renovadoras de los últimos tiempos.