Referencia:
Publicado por primera vez en 1906, Cómo hacer bien el mal es una clase magistral sobre la subversión impartida por uno de los personajes más reconocidos y misteriosos del siglo XX. En la obra, Houdini recoge, a partir de entrevistas a delincuentes y agentes de policía, sus hallazgos en lo referente a los métodos más infalibles para cometer un crimen y salir airoso del asunto. Este volumen ofrece lo mejor de esos escritos junto con otros artículos menos conocidos del artista sobre su personal método de engaño: la magia. Al revelar los secretos de sus trucos estrella -incluidos los escapes de esposas y ataduras- y echar por tierra los métodos de sus rivales, demuestra ser un escritor tan inteligente y astuto como lo era en tanto ilusionista
Traducido a más de una docena de lenguas, la crítica europea relaciona a Quim Monzó con Kafka, Borges y Rabelais. En cada libro ha sabido aumentar la exigencia y el rigor, y ha generado, además, un enorme y desacostumbrado interés popular, como en El porqué de las cosas y Guadalajara. Hoy, Monzó ha revisado esos libros -todos sus cuentos publicados hasta ahora, algunos de ellos inéditos en castellano-, aplicando esa misma exigencia y ese mismo rigor. El resultado es Ochenta y seis cuentos, que ha merecido el Premio Nacional de Literatura en catalán y el Premio Lletra dOr, que se suman al Premio Ciudad de Barcelona y a los cuatro Premios de la Crítica que otorga Serra dOr, concedidos a los últimos cuatro libros de este volumen.
Está demostrado que nos perdemos gran parte de lo que pasa a nuestro alrededor porque nuestros sentidos tienden a centrarse en una actividad que estamos desarrollando o en alguna otra cosa que reclama nuestra atención. La especialista en cognición Alexandra Horowitz, consciente de la cantidad de información que se pierde de este modo, nos propone la experiencia de descubrir aquello que está ante nosotros y en lo que apenas llegamos a reparar. A partir de una serie de paseos por un entorno cotidiano, acompañados por expertos de las más diversas disciplinas, así como también por un perro o por un niño, van apareciendo ante nuestros atónitos ojos detalles que estaban allí pero que simplemente habían pasado desapercibidos