Miguel Gallardo y Paco Roca publicaron hace un par de años dos obras (Arrugas y María y yo). Los medios, acostumbrados a identificar la historieta con Mortadelo y poco más, les dedicaron amplios espacios y su presencia se hizo habitual, casi indispensable, en los diversos eventos comiqueros de la piel de toro. Lo que inicialmente iba a ser un sencillo cuaderno de viaje en el que primara la espontaneidad sobre la elaboración formal, ha acabado siendo un cuidadísimo álbum en el que se adivina cierta dosis de saludable competitividad entre dos autores que por mucho que se quieran y respeten necesitan saberse a la altura de su colega, como consecuencia los lectores pueden disfrutar de una obra con vocación de menor, pero con hechuras de superproducción.
Oviedo, 1934. Una huelga general revolucionaria estalla la noche del 5 de octubre y sume a todo el país en un profundo caos. Tristán Valdivia, que había vuelto enfermo desde Madrid a la casa paterna, busca refugio en la capital, mientras los sublevados avanzan arrasando todo a su paso. La ciudad permanece en silencio, hasta que de repente se oye un ruido en la lejanía. Es la dinamita de los mineros... El enfrentamiento está servido.
Maggie Chascarrillo es una joven chicana cuya historia comienza a principios de los 80, durante la eclosión del punk como revulsivo al rock mustio y anquilosado que imperaba en el panorama.
En nombre de Su Majestad, el católico y poderoso Don Carlos, rey de los romanos y emperador Augusto de por vida, y de Doña Juana, su madre, soberana de los reinos de León y Castilla, defensores de la Iglesia, siempre victoriosos y que no conocen la derrota... Yo, Juan Cortejo, su servidor y mensajero, tengo el honor de instaros a aceptar que sea el Rey quien gobierne y administre estas tierras... Así comienza la odisea de una expedición de conquistadores que parten en pos del sudor de sol
Miguel Gallardo y Paco Roca publicaron hace un par de años dos obras (Arrugas y María y yo). Los medios, acostumbrados a identificar la historieta con Mortadelo y poco más, les dedicaron amplios espacios y su presencia se hizo habitual, casi indispensable, en los diversos eventos comiqueros de la piel de toro. Lo que inicialmente iba a ser un sencillo cuaderno de viaje en el que primara la espontaneidad sobre la elaboración formal, ha acabado siendo un cuidadísimo álbum en el que se adivina cierta dosis de saludable competitividad entre dos autores que por mucho que se quieran y respeten necesitan saberse a la altura de su colega, como consecuencia los lectores pueden disfrutar de una obra con vocación de menor, pero con hechuras de superproducción.